31.8.08

Acabo de oírlo



He oído un frenazo a lo lejos. Con algo de eco. Y una milésima de segundo después, un golpe seco, fuerte. Como si el coche hubiese pasado por encima de algo rápidamente.
Lo que sonó por encima del golpe fue un ladrido que no llegó a ser un ladrido. Un ladrido interrumpido. Un ladrido asustado... castrado.

Me imagino que no sobrevivió al tremendísimo impacto que se escuchó desde aquí.


Estoy segura de que acaban de atropellar a un perro.
Acabo de oírlo.

20.8.08

A Mandy 2 (Cosas que nunca te debí)


Con toda la humildad y humanidad de la que fui capaz, te pedí perdón por mis errores.
Siempre pensé que eran errores mutuos, pero asumí mi parte y nunca demandé la tuya.

Intenté seguir adelante, borrarlo todo y recompensarte.
... Y las cosas se dieron cruelmente la vuelta.

De repente fuiste tú quien pensó que la indestructible era yo.
Que podías golpear una y otra vez sin que se rompiera nada en mí.

Confundiste bondad con estupidez.
Paciencia con falta de orgullo.
Tolerancia con incapacidad de aprender.

Dignidad con acoso.
Valentía con molestia.
Tristeza con hastío.

Nunca te debí ser un instrumento sin vida propia para entretenerte.
Nunca te debí tener que tragarme las palabras que se me agolpaban en la garganta.
Nunca te debí tener que aguantar los golpes a mi dignidad cuando te aprovechabas de mi amistad a falta de algo mejor.

Siento no ser todas esas cosas vacías que prefieres antes que mi compañía.
Siento tener algo en la cabeza que me haga pensar.
Siento tener algo en el corazón que me haga sentir.

Siento ser capaz de ser una amiga incondicional.
Siento haberte querido tanto.
Siento haberte visto como alguien especial.

Siento haberte entendido.
Siento haberte escuchado.
Siento haberte apoyado.

Siento haber querido que las cosas te mejoraran.
Siento haber llorado cuando todo te fue mal.
Siento haber sido capaz de leer tu mente...


Y siento haber sentido tantas cosas buenas porque fue lo que te alejó.
En lugar de agarrarme con ganchos de hierro... dejaste de valorarme.
Hasta que me rompí.

Tú no me necesitas a mí.
Tú buscas algo tan vacío, que nunca seré capaz de ofrecértelo.


... Y mira si era grande el amor que te tenía, que sentí no poder ser la persona más vacía del mundo para que no me cambiaras nunca por nadie.

(Nunca te debí estar tan triste como ahora).