28.6.08

Donde el orden alfabético perdió su nombre y el miedo a la verdad



Amistad.- Dícese de la alucinación sufrida por un individuo en estados ebrios o de necesidad que consiste en confiar secretos y estados de ánimo positivos o negativos a otras personas que acaban traicionando al individuo que sufre dicha alucinación.

Amor.- Dícese de la alucinación recíproca cíclica sufrida por dos individuos en estados de necesidad que consiste en confiar ciegamente en el otro. Estas alucinaciones vienen acompañadas de fuertes estados de deseo sexual meramente temporales que, al acabar, acaban también con la alucinación. Suelen quedar restos reconocibles en la necesidad del otro, aun cuando la alucinación haya pasado. Pero quien lo sufre sólo padece un síndrome de abstinencia que se renueva cuando la alucinación se vuelca en otra persona.

Besar.- Traspaso de saliva y virus de una boca a otra, como preliminar del acto sexual. Hay quien realiza el traspaso basándose en el amor. (ver "amor")


Esperar.- Acción de perder el tiempo en pos de algo que nunca va a llegar.

Conclusión.- Aplícase al justo momento en que un individuo está hasta los cojones de pensar.

Superación.- Dícese de la breve tregua que se da a sí mismo un individuo para coger aliento y volver a revolcarse en su propia mierda a la mínima oportunidad.


Decepción.- De variable duración, dícese de la circunstancia en que un individuo logra ver la realidad sin nungún tipo de amortiguación artificial.


Promesa.- Dícese de la frase pronunciada en falso con el fin de callar o tranquilizar a otro o a uno mismo. El nivel de la falsedad por lo general es directamente proporcional al nivel de lo prometido.

Encoñamiento.- Gravísima alteración que consiste en transformar una realidad en otra totalmente diferente. Por lo general, quien padece el encoñamiento pierde cualquier facultad de razonamiento cabal y un adormecimiento de los sentidos que impide la llegada de sensaciones negativas de cualquier tipo. Cuando la alteración pasa, deja como secuelas grandísimos arrepentimientos, impedimento de autocomprensión y promesas de no volver a sufrir dicha alteración. (ver "promesa")



Apoyo.- Acción de fingir entender y acompañar a alguien con el fin de cobrarle el favor con intereses. Aunque puede ocurrir que uno se quede esperando a que se le devuelva. (ver "esperar")



Aprendizaje.- Proceso por medio del cual el individuo cree haber escarmentado de sus errores hasta que se presentan problemas nuevos, comenzando el proceso nuevamente. En la mayoría de las circunstancias, el proceso no se ha dado en absoluto, creyendo el individuo que ha superado el obstáculo, hasta que se vuelve a presentar y vemos lo falso del proceso anterior. (ver "superación")



Principios.- Lista imaginaria mental que uno dice respetar o cumplir con el fin de no mostrarse como el ser sin escrúpulos que es ante los demás. Basta con estímulos sexuales o económicos para descubrir la inexistencia o, en su defecto, la fragilidad de los mismos.


Dignidad.- Recurso de autodefensa en que un individuo se refugia cuando cree que ya se ha arrastrado lo suficiente. Este mecanismo de defensa suele aparecer en frases tales como "¿crees que no tengo dignidad?", sabiendo el propio individuo que, efectivamente, carece totalmente de ella, pero que debe intentar que el otro crea la posee. En realidad es sólo un espejismo dirigido hacia los demás. Tras intentar lograr por todos los medios algún fin que no se ha logrado, se finge renunciar a él, refugiándose en la susodicha dignidad y principios. (ver "principios")


Firmeza.- Cualidad de lo firme. Como las decisiones tomadas por un individuo sin visos de cambio, a las que les basta un pequeño estímulo para que varíen.


Decisión.- Intención inicial de realizar un acto u omitir otro. Como la firmeza, es muy susceptible a cambios al mínimo estímulo externo. Pueden entrar en juego para su conservación la promesa y los principios. (ver "promesa", "principios")


2 comentarios:

MBM dijo...

Hola Amaranta, he conocido tu blog reciente, gracias a una amiga común. Me ha gustado mucho, por el tono intimista y cálido que tiene, sin llegar a correr los velos.

Leyendo tus definiciones, no exantas de mucha perspicacia, no he podido dejar de preguntarme si entre la decisión y el encoñamiento existen contradicciones no subrayadas...

Me gustaría saber tu opinión. Un cordial saludo.M.

Amaranta Buendía dijo...

Bueno, amigo, si de contradicciones hablamos... Y nada de "sin subrayar". Contradicción pura y dura. El sólo hecho de tomar la decisión de no volver a encoñarse en la vida, ya es una contradicción, porque esperamos desesperadamente que aparezca ese alguien que nos haga olvodar todas esas definiciones que sólo puede dar uno cuando está en la fase de calma. (Fase de calma: etapa de horrible aburrimiento donde, teniendo tiempo para pensar a falta de otra cosa, descubrimos la verdad de las cosas) Vivan las contradicciones, si se dan cuando más vivos nos sentimos.
Espero que vuelvas.
Un abrazo.