adiós, Dedo de Dios
El día 28 de Noviembre de 2005 pasará a la Historia de las Islas como uno de los más tristes porque el resto del huracán Delta que llegó a las Canarias arrasó muchas cosas, pero, sin duda, la mayor catástrofe del temporal ha sido la caída del Roque Partido, en el Puerto de Las Nieves, para todos conocidos como El Dedo de Dios. Sin duda, supo Dios qué sitio elegir para poner su mano durante miles de años. Siempre he pensado que hay cosas eternas, intocables, cosas que han formado una parte tan imprescindible de mi vida que jamás me paraba a imaginar que podían llegar a desaparecer. Cuando anoche oí que se había partido El Dedo de Dios, me imaginé lo que ya habían dicho otras veces, que sería un rumor, que no sería para tanto... hasta que esta mañana lo vi por televisión. No sé si alguien puede entender lo que es "amar" algo inanimado para muchas personas. Si digo que cuando vi por TV aquella roca saliendo del mar, bajo el oscuro cielo que lo cubría todo después del huracán, sentí que estaba presenciando la muerte de una parte de mí misma, de mi isla, de mi niñez, de mi presente, de mi futuro, de todos nosotros... ¿me creerían? Pues se puede amar una roca de una manera indescriptible, y esa parte de mi vida, siempre tan bella, reluciente, buscada y admirada por todos, allí, arrinconadita bajo el camino de La Aldea, entre las rocas Merinas, rodeada de gaviotas... siempre compañera callada de tantas cosas, viendo cómo cambiaba todo en el Puerto, cómo los que la amábamos crecíamos y nunca éramos capaces de llegar al Muelle Viejo y no buscarla con la mirada... ha muerto. Hoy la vi rendida, herida de muerte, desaparecida para siempre de nuestras vistas y de nuestras vidas. Hoy ha muerto una parte importante del Patrimonio Natural de todos los canarios, pero también una parte de los que con El Dedo de Dios vivimos y crecimos.
Pensemos por nuestro bien que ha sido la Naturaleza, sabia, la que nos los dio y que ha sido ella, como debía ser, la que se lo ha llevado. Olvidemos, si podemos, que nuestro Dedo ha aguantado tempestades a lo largo de siglos, vientos más fuertes que el de ayer, lluvias y toda clase de fenómenos naturales sin inmutarse... y que desde hace 10 años, el Puerto de Las Nieves ha sido un continuo destrozo del Medio Ambiente con el Muelle y el barco de Fred Olsen, con unas vibraciones sentidas en todo el fondo marino que, por fin, harán rendirse a todo el Ecosistema privilegiado que acabará por morir. Dios ya ha retirado su mano, pero siempre quedará como una parte imprescindible de nuestras vidas El Dedo de Dios.
El día 28 de Noviembre de 2005 pasará a la Historia de las Islas como uno de los más tristes porque el resto del huracán Delta que llegó a las Canarias arrasó muchas cosas, pero, sin duda, la mayor catástrofe del temporal ha sido la caída del Roque Partido, en el Puerto de Las Nieves, para todos conocidos como El Dedo de Dios. Sin duda, supo Dios qué sitio elegir para poner su mano durante miles de años. Siempre he pensado que hay cosas eternas, intocables, cosas que han formado una parte tan imprescindible de mi vida que jamás me paraba a imaginar que podían llegar a desaparecer. Cuando anoche oí que se había partido El Dedo de Dios, me imaginé lo que ya habían dicho otras veces, que sería un rumor, que no sería para tanto... hasta que esta mañana lo vi por televisión. No sé si alguien puede entender lo que es "amar" algo inanimado para muchas personas. Si digo que cuando vi por TV aquella roca saliendo del mar, bajo el oscuro cielo que lo cubría todo después del huracán, sentí que estaba presenciando la muerte de una parte de mí misma, de mi isla, de mi niñez, de mi presente, de mi futuro, de todos nosotros... ¿me creerían? Pues se puede amar una roca de una manera indescriptible, y esa parte de mi vida, siempre tan bella, reluciente, buscada y admirada por todos, allí, arrinconadita bajo el camino de La Aldea, entre las rocas Merinas, rodeada de gaviotas... siempre compañera callada de tantas cosas, viendo cómo cambiaba todo en el Puerto, cómo los que la amábamos crecíamos y nunca éramos capaces de llegar al Muelle Viejo y no buscarla con la mirada... ha muerto. Hoy la vi rendida, herida de muerte, desaparecida para siempre de nuestras vistas y de nuestras vidas. Hoy ha muerto una parte importante del Patrimonio Natural de todos los canarios, pero también una parte de los que con El Dedo de Dios vivimos y crecimos.
Pensemos por nuestro bien que ha sido la Naturaleza, sabia, la que nos los dio y que ha sido ella, como debía ser, la que se lo ha llevado. Olvidemos, si podemos, que nuestro Dedo ha aguantado tempestades a lo largo de siglos, vientos más fuertes que el de ayer, lluvias y toda clase de fenómenos naturales sin inmutarse... y que desde hace 10 años, el Puerto de Las Nieves ha sido un continuo destrozo del Medio Ambiente con el Muelle y el barco de Fred Olsen, con unas vibraciones sentidas en todo el fondo marino que, por fin, harán rendirse a todo el Ecosistema privilegiado que acabará por morir. Dios ya ha retirado su mano, pero siempre quedará como una parte imprescindible de nuestras vidas El Dedo de Dios.
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